Regresamos a Urbasa para visitar los dólmenes más representativos.
Levantados durante la Edad de Bronce, se sitúan en pasos y collados,
quizá para advertir a los visitantes de que esta tierra tiene dueño.
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La Améscoa Baja despierta en esta mañana de diciembre cubierta por la
niebla.
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En nuestra segunda visita a Urbasa recorremos esta estación megalítica con el fin de fotografiar los dólmenes mejor conservados. Se trata de
una ruta sencilla y cómoda, apta para todos los públicos y bien
señalizada. Sólo será necesario seguir las flechas pintadas en los troncos
que delimitan el sendero. Su punto de partida, el impresionante circo
rocoso labrado por el río Urederra en su nacimiento.
Estos sepulcros prehistóricos pertenecen al
Bronce (1.800 -
900 a.C.). Anteriormente expoliados, fueron excavados durante los años 20.
En ellos encontraron los restos de aproximadamente una veintena de
individuos, que fueron sepultados conforme a ritos ya olvidados.
Situados estratégicamente en los accesos a los valles Arakil, Goñi y
Améscoas, parecen reclamar el territorio.
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Circo rocoso. Unos metros más abajo se encuentra el nacimiento del río
Urederra, cuyo rumor podemos escuchar desde lo alto del
acantilado.
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Dolmen de "Arteko Saro"
Volvemos sobre nuestros pasos para iniciar la ruta señalizada. Se trata
de un sendero muy cómodo. Si lo tomamos llegaremos a dos señalizaciones.
Lo ideal es visitar primero "Arteko Saro", por proximidad.
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El siguiente poste nos indica la distancia y dirección de los
dólmenes "Arteko Saro" y "La Cañada".
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Encontramos la habitual señalización del Gobierno de Navarra, que nos
indica datos relativos al megalito, así como la etapa a la que
pertenece.
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Túmulo de "Arteko Saro". Presenta una acumulación de piedras de más de
dos metros de altura.
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En este caso se ha preservado la cámara funeraria.
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El túmulo protegía la cámara. Desconocemos los ritos que aquí se
practicaban, o si en la parte superior del túmulo se incluían otros
elementos. La mayoría de estos sepulcros prehistóricos llegan hasta
nuestros días expoliados durante siglos, bajo la superstición de
albergar tesoros o poderes sobrenaturales.
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Dolmen de "La Cañada"
Regresamos hasta el poste informativo, dónde encontrábamos la
bifurcación. Siguiendo sus señalizaciones llegaremos al dolmen de "La
Cañada", que se encuentra muy cerca de una propiedad privada, cercana al
Raso.
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Los hongos parasitan este árbol, que en algún momento se rompió por
la mitad.
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Señalización correspondiente al dolmen "La Cañada".
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Se encuentra en peores condiciones que "Arteko Saro", con su cámara
parcialmente derruida. Al igual que este, estaba protegido por un gran
túmulo de piedras, en este caso de una altura cercana a los dos
metros. En ambos se encontraron restos de una docena de personas, que
habitaron estos parajes hace aproximadamente 3.500 años.
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Abandonamos Urbasa hasta el próximo otoño, cuando visitaremos el
nacimiento del Urederra, mientras nos preguntamos qué paisajes subterráneos
deben de existir en el subsuelo.
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Cómo llegar
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