Urbasa I - El hayedo encantado
Habitado al menos desde el achelense superior, como así lo atestiguan los bifaces encontrados, este parque natural
parece existir ajeno a cuanto lo rodea. Adentrarse en sus hayedos, como
veremos a continuación, es una experiencia mágica. Visitamos Urbasa y su
bosque encantado.
El agua y el bosque
Urbasa toma su nombre del euskera, de la unión de agua ("Ur") y
bosque ("Basa"). Se trata de una meseta kárstica de más de 11.000
hectáreas, que con una altura media de mil metros actúa como un colector de
precipitaciones. Recibe de forma anual entre 1300 y 1800 mm., durante el
invierno en forma de nieve, lo que le permite tener unas reservas
subterráneas superiores a la capacidad actual del pantano de Yesa.
Esa pluviosidad queda almacenada en un gran acuífero, con una capacidad de
100 kilómetros cúbicos, que se alimenta de filtraciones, sumideros, simas y
dolinas, encontrando principalmente su salida en el nacimiento del río
Urederra.
Tres cuartas partes de sus bosques son hayedos, aunque encontraremos otras
especies como arces y tilos. El follaje de las hayas, que proyecta tupidas
sombras, no permite una gran riqueza del suelo, por lo que no encontraremos
casi sotobosque, más allá de helechos, enebros y brezos. Esto no deja de ser
una ventaja para los visitantes, que pueden perderse por sus misteriosos
bosques con comodidad.
Es habitual encontrar estos pequeños burros en el parking. Esperarán pacientes a que abras el maletero del coche, para acercarse en busca de pan recién hecho. |
Urbasa también es un paisaje ganadero. Pequeñas cabañas de ovejas, vacas,
caballos, burros, ... dan la bienvenida al visitante con parsimonia, ya que
están más que acostumbrados al turismo. Los encontrarás pastando en el raso,
ajenos también a cuanto rodea este macizo montañoso.
El hayedo encantado
Hay tres excursiones imprescindibles que realizar en este paraje natural;
El hayedo encantado, el nacimiento del Urederra y los dólmenes más
representativos. Las fotografías de este primer reportaje corresponden a la
primera. Las tres pueden verse en un sólo día, aunque no es recomendable.
Todo dependerá de tu estado de forma.
El acceso al hayedo encantado es sencillo y no presenta ninguna dificultad.
Se trata de un rincón donde el musgo, las hayas y grandes rocas de formas
imposibles son los protagonistas.
Grandes rocas emergen del suelo. |
Se trata de un bosque muy húmedo, dónde la vegetación es la protagonista. |
Poblado desde el achelense superior
Los restos más antiguos encontrados hasta el momento nos remontan al
achelense superior, entre el 125.000 y el 100.000 a.C. Son bifaces de
sílex, utilizados por estos grupos cazadores recolectores ya instalados en
estos parajes.
También aparecen en Otsaportillo, en talleres de sílex al aire libre,
raederas, cuchillos, puntas y lascas del Musteriense, atribuidas al hombre
de Neanderthal, que cazaba en estos bosques hasta su extinción, alrededor
del 35.000 a.C.
Del paleolítico superior (35.000 - 9.800 a.C) encontramos las mejoras
propias del hombre de Cromagnon. Nuevas técnicas de tallado de piedra, más
finas, nuevos materiales, como el hueso y el cuerno. Y herramientas más
sofisticadas; arpones, agujas y puntas de hueso.
Sin embargo, los vestigios más visibles que han llegado hasta nuestros días
pertenecen al Bronce, al segundo milenio antes de Cristo. Son los dólmenes
que veremos en el siguiente reportaje.
Encontraremos multitud de dolinas, hundimientos del terreno ya sea por pérdida de suelo o por el colapso de las cavidades subterráneas que horadan este macizo kárstico. |
Hongos xilófagos. Estos hongos provocan grandes daños en el árbol, que generalmente termina muriendo. |
Son hongos duros, que se alimentan de la madera. |
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