La tumba perdida del "Destructor de Bárbaros" - II - Castillo de San Esteban de Deyo
En 1600, el historiador Lope de Guillart explora esta fortaleza abandonada,
en la localidad navarra de Villamayor de Monjardín. En las ruinas de su
ermita, asegura haber encontrado lápidas de alabastro con inscripciones de
elogio al rey Sancho Garcés, coronado, rey de Pamplona y Deyo, al que además
acompaña la leyenda "Destructor de bárbaros".
San Esteban de Deyo
Actualmente conocido como Castillo de Monjardín, esta
fortaleza del siglo X contempla desde sus 890 metros la localidad
navarra con la que comparte nombre. Hasta el siglo XII será conocida como
San Esteban de Deyo.
Existen crónicas que apuntan a su toma por parte de las tropas de
Carlomagno. También habría sido sitiado por el Emir Abd al-Rahman I de
Córdoba. En el 909 será
arrebatada a la familia Banu Qasi de Tudela (De orígenes
hispanogodos, y convertida al Islam) por parte de Sancho Garcés, en
una victoria de gran valor estratégico, que le permitirá consolidar sus
territorios en la ribera del Ebro.
De la antigua fortaleza sólo se conservan los muros y el aljibe. La
ermita es posterior, dónde Lope de Guillart, y más tarde el
historiador jesuita José de Moret, hallan en su altar el ara con
referencias a Sancho Garcés I.
La tumba del "Destructor de bárbaros"
Encontramos documentado en la
Crónica Albeldense, manuscrito en latín de los siglos IX y X, el siguiente pasaje:
Patrimonio Nacional. Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial
- Códice Albeldense (RBME d-I-2, fol. 242v) https://rbme.patrimonionacional.es/s/rbme/item/13434#?xywh=-3041%2C0%2C8577%2C3743&cv=8 |
"En la era 944 (906), surgió en Pamplona un rey llamado Sancho
Garcés. Fue inseparablemente devoto de la fe de Cristo, piadoso
entre todos los fieles, misericordioso con los católicos oprimidos.
¿Qué más? Perseveró en todas sus obras. Beligerante contra las
gentes ismaelitas, causó en muchas ocasiones estragos sobre los
dominios sarracenos. Cruzando la parte de Cantabria, se apoderó de
todas las fortalezas existentes entre la ciudad de Nájera hasta
Tudela. Tomó posesión de hecho de toda la tierra de Deyo con sus
fortalezas. Sometió bajo su autoridad la tierra pamplonesa y,
asimismo, tomó todo el territorio aragonés con sus fortalezas. Una
vez expulsados todos los malvados, dejó este mundo en el vigésimo
año de su reinado. Sepultado en el pórtico de San Esteban fue
sepultado, reina con Cristo en el cielo."
Vista desde el exterior. |
Su referencia a Deyo apunta a este castillo que hoy visitamos. Sin
embargo, nunca han sido hallados, ni los restos de Sancho Garcés,
ni los de su hijo, García Sánchez, quién habría sido enterrado junto a
su padre.
En 1958, el historiador Antonio Ubieto propone una nueva hipótesis. Los
documentos investigados por Ubieto mencionan
una segunda iglesia bajo la advocación de San Esteban, dónde
durante décadas se habrían celebrado misas en recuerdo de este rey cada
10 de diciembre, y a las que habrían acudido la familia real, obispos y
otros miembros de la nobleza. Hablamos de San Esteban de Resa,
un pequeño templo situado en una villa todavía no localizada, aún por desenterrar, dónde descansarían
los restos de padre e hijo, los fundadores de la dinastía Jimena.
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