Libros: La Epopeya de Gilgamesh (Editorial Penguin Clásicos)
"Mira la caja de tablillas de cedro,
suelta su cierre de bronce.
Levanta la tapa de su secreto,
coge la tablilla de
lapislázuli
y lee los trabajos de Gilgamesh"
- Tablilla I
Si el presente blog tratase sobre libros, arrancaría con las aventuras de
Gilgamesh. Si fuese un blog de viajes, obligatoriamente partiría desde
Uruk, la antigua ciudad mesopotámica que da nombre a lo que hoy conocemos
como Irak. Incluso un blog tecnológico trataría los últimos avances en
inteligencia artificial aplicados a traducir, entre otros muchos textos,
esta obra incompleta, la primera de todas.
Iniciamos esta serie de reseñas sobre libros con "La Epopeya de
Gilgamesh" (Versión de Andrew George, Editorial: Penguin Clásicos, en su
formato de bolsillo).
El toro de Uruk
Gilgamesh (Museo del Louvre) aparece en la lista de Reyes Sumerios como el quinto soberano de la I Dinastía de Uruk, situando su reinado alrededor del 2750 a.C. |
"De día y de noche su tiranía se hace más severa"
- Tablilla
I
En 1845, el asiriólogo Austen Henry Layard
parte hacia su primera expedición en Oriente Medio. Durante las
excavaciones realizadas en Mosul contratará como ayudante a
Hormuzd Rassam, un joven sirio de 20 años de edad. Este será el inicio de una amistad
que los llevará a explorar juntos las polvorientas ruinas de Nínive y
Babilonia, en busca de esculturas, tesoros, y tablillas de barro en
escritura cuneiforme, todavía incomprensible, que se cuentan por miles,
desperdigadas en templos, bibliotecas y escuelas de escribas.
Será en los vestigios de la
biblioteca real de Asurbanipal dónde Rassam descubrirá las primeras
tablillas de la epopeya, que serán traducidas más adelante. Cuando lo hagan saldrá a la luz el
relato literario más antiguo del mundo, basado en una tradición oral que
se remonta a época sumeria.
Considerada
una de las grandes obras maestras de la literatura universal, este
poema narra sobre tablillas de arcilla las aventuras de Gilgamesh, tirano
de Uruk, quién tras perder a su mejor amigo tratará de vencer a la muerte
embarcándose en una odisea que le servirá como aprendizaje del "buen
gobierno", comprendiendo finalmente que la vida eterna sólo se alcanza a
través de las grandes obras que uno realiza en vida.
Humbaba
Originariamente Humwawa, el protector de la madera del Bosque de los Cedros, que algunos sitúan en el actual Líbano. Demonio a quién darán muerte Gilgamesh y su amigo Enkidu (Fotografía wikipedia - Usuario: Rama - Editada) |
"Humbaba,
su voz es el Diluvio,
su discurso es fuego,
y su aliento es muerte"
- Tablilla de Yale
La presente edición comienza con una extensa introducción que nos
permitirá contextualizar el poema, que también incluye un mapa de
Mesopotamia y una cronología que parte desde el 3000 a.C. Es entonces
cuando las primeras ciudades estado inventan la escritura, como una
solución administrativa en la gestión de palacios y templos.
En un inicio, esta escritura esta destinada únicamente a tareas propias
de gestión en forma de pictogramas, que terminarán evolucionando hacia
lo que todos conocemos como escritura cuneiforme. Con el tiempo, además
de almacenar la memoria de transacciones comerciales y repartos de
excedentes, estas tablillas de arcilla también se destinarán a almacenar
otras temáticas y conocimientos, como conjuros, exorcismos, tratados
científicos y literatura.
Las primeras copias de Gilgamesh aparecen durante la III dinastía de
Ur. Recogen una tradición oral todavía más antigua, sobre este rey de
Uruk cuya existencia desconocemos. Durante el siguiente milenio sus
aventuras serán copiadas por copistas y aprendices de escribas, tanto en
sumerio como en acadio. No será hasta el 1200 a.C. cuando se recopilen
todos los poemas, dando forma a la versión que hoy conocemos como
Epopeya Estándar o "del que ha visto lo profundo", y que se atribuye a
un exorcista babilonio llamado
Sin-liqe-umini.
El diluvio universal
Tablilla XI, dónde se recoge la historia del Diluvio Universal. (Fotografía de Mike Peel, www.mikepeel.net) |
"Un hombre no podía distinguir a otro,
ni podía reconocer a la gente
en medio de la destrucción (...)
Y ahora como peces llenan el océano"
- Tablilla XI
Cuenta la leyenda que, cuando el traductor George Smith comenzó a leer la tablilla XI, empezó a saltar extasiado y a
quitarse la ropa. No era para menos. Por primera vez en más de 2000 años
alguien podía leer de nuevo sus líneas. ¡Y qué líneas!
Nada más y nada menos que la historia del diluvio universal, escrita siglos antes que en el Génesis del Antiguo Testamento. Con un Noé
llamado Uta-napishti para los babilonios y Ziusudra para los sumerios, el superviviente del diluvio que a través
de la tradición semita llegaría hasta nosotros en el Génesis de La
Biblia.
Porque este encuentro con el Noé babilonio es el fin último del viaje
de nuestro protagonista, que en su intento por burlar la muerte llegará
hasta "El inmortal". ¡Gilgamesh lo tiene todo!
El libro
En esta edición, el poema se presenta en once capítulos que
corresponden a cada una de las tablillas que conforman esta versión
estándar de la Epopeya. Al comienzo de cada capítulo encontraremos una
breve introducción.
También cuenta con un extenso apartado de apéndices, dónde se nos
aporta más información sobre otras tablillas existentes y también aborda
los poemas sumerios relativos a Bilgames. A lo largo de la obra
encontraremos ilustraciones que hacen más amena su lectura, tanto de las
propias tablillas de arcilla como escenas relativas a los protagonistas
del poema.
La presentación del libro corresponde a José Luis Sampedro, y concluye
esta búsqueda de la inmortalidad el epílogo de Jordi Balló y Xavier
Pérez.
Se trata de una edición muy cómoda y barata, bien organizada, y que
permite una lectura muy agradable de la que debiera ser lectura
obligatoria en todos los centros educativos y para todos aquellos que se
consideren a si mismos lectores. Estamos ante la primera obra literaria escrita, relativa a un rey casi divino, tirano de una de las primeras ciudades de la humanidad, que en su búsqueda de la vida eterna parte al encuentro del último hombre inmortal. ¡Casi nada!
Comentarios
Publicar un comentario