Yacimiento romano de Santa Criz de Eslava


"(...) su nombre se ha desvanecido en mi memoria (...) Brumas en mi mente. ¿Qué habrá sido de ellos? ¿Cuál el destino de ese reflejo de Roma?"

Enclavada en la zona media oriental de Navarra, Santa Criz de Eslava se erige como la más monumental de las ciudades romanas conservadas en la región, un tesoro histórico declarado Bien de Interés Cultural. Situada a dos kilómetros al sur de la población de Eslava, y accesible en vehículo, esta antigua ciudad romana es un fascinante ejemplo del proceso de romanización de los antiguos castros vascones de la Edad del Hierro.

Columnas en pie. El espacio público sobre el cerro, salvado con la técnica del criptopórtico, presenta una decoración monumental propia de una ciudad de cierta relevancia.

Antiguo castro vascón

La historia de Santa Criz se remonta al año 195 a.C., cuando el todopoderoso ejército de Roma establece contacto con un antiguo castro vascón situado en lo alto del cerro conocido hoy como Santa Criz. Este poblado, fortificado desde la Edad de Hierro, albergaba al menos un foso, y como otros asentamientos de esta época, sufrirá una auténtica revolución cultural tras su contacto con el Imperio.

Actualmente podemos ver la zona del foro repleta de sillares, basamentos y columnas con acanaladuras.

La Ciudad sin nombre

El nombre latino original de la ciudad permanece en la oscuridad, aunque se ha sugerido que podría ser Nemanturista o Biturís, ciudades vasconas mencionadas por Ptolomeo en el siglo II d.C. Su nombre, de momento, continua olvidado.

Detalle de las segmentos de las columnas.

Durante la romanización, la ciudad duplicó su extensión y se fortificó. Bajo el reinado del Emperador Augusto, Santa Criz abandonó su posición en el cerro para extenderse por el valle. Sin embargo, solo se ha excavado un tercio de la plaza, y el misterio persiste en el nombre original de la ciudad.

El foro: Epicentro de la vida pública y administrativa


El foro, erigido sobre una terraza del cerro, destaca como el principal edificio público de la época. En esta plaza se alzaba la basílica y un edificio administrativo adornado con columnas, capiteles y estatuas de mármol dedicadas a las familias locales, como los Valerii, Cornelii y Calpurnii, nombres que perviven en las inscripciones descubiertas. Capiteles corintios, decoración del estuco con pigmentos negros, verdes, rojos, e incluso azules, y el mármol de las esculturas, posiblemente importado de Italia, nos indican una actividad comercial y económica prósperas, en un asentamiento bien comunicado.

El foro público, otrora epicentro de la pequeña y bulliciosa urbe, ahora guarda en su silencio el nombre originario de la ciudad.

Detalle de pilastra con sillares y un pequeño capitel.

La ciudad contaba con dispensator, funcionario Imperial dedicado a la gestión de los recursos.

La calzada y el Ebro como ruta fluvial


La presencia de miliarios cercanos indican la existencia de una vía aún no descubierta. Esta conectaba Lacca (la actual Jaca) con Vareia (Barea, en La Rioja), facilitando el abastecimiento y comercio de la ciudad, a través de esa autopista histórica y ruta fluvial que es el río Ebro.

Término de Eslava. Santa Criz debe su antigua prosperidad a su entorno, dónde todavía sigue cultivándose el cereal, el olivo y la vid.

Basamentos y secciones de columnas. 

Detalle de una de las columnas, con sutiles acanaladuras.

Detalle de columnas.

Elementos del criptopórtico que daba acceso al foro.

Detalle del orificio central de una de las columnas, para permitir su acople como fuste (Al fondo)


Sección recién excavada. Todavía quedan dos tercios del yacimiento por ver la luz.

Necrópolis: La ciudad de los muertos


Al sur de la ciudad se encuentra la necrópolis, ya oppidum prerromano desde el siglo V a.C. Separada del núcleo urbano y excavada en los años 90, abarcaría más de 2000 metros cuadrados. En su camino también podemos observar otras construcciones abandonadas más recientes, y que habrían reutilizado materiales del yacimiento.

Algunas construcciones cercanas han reutilizado materiales del yacimiento.

Los sillares, en la esquina de esta especie de atrio, son originarios del yacimiento, y destacan sobre la pobre construcción restante por su tamaño monumental. En su interior podemos ver una columna también del yacimiento.

En la necrópolis se descubren mausoleos dinásticos, restos de incineraciones en piras, estelas y altares monumentales con motivos vegetales y astrales. Los ajuares cotidianos, como dados o cerámicas, contrastan con la tradición romana, que no solía enterrar a los difuntos con ricos objetos, salvo anillos o monedas para el pago a Caronte, el barquero del Inframundo.

Una señalización nos indica el camino hacia la necrópolis. Separada del resto de la ciudad, junto a una ladera al sur del yacimiento.

En algún momento del pasado, probablemente a comienzos del siglo III d.C., Santa Criz de Eslava colapsó y fue abandonada. El tiempo hizo el resto, ocultando bajo tierra una rica población, eminentemente rural, con una arquitectura rica y monumental, durante dos milenios. Sólo un tercio del yacimiento ha sido excavado, de forma que esta antigua ciudad romana, cuyo nombre todavía desconocemos, tiene todavía mucho que contarnos, sobre el proceso de romanización de las tribus vasconas del Hierro, o el funcionamiento de estas poblaciones tan lejanas de la capital de un Imperio que fascinó a estos pueblos con su llegada, y cuya cultura adoptaron casi como moda, sin oponer demasiada resistencia.

Mausoleos familiares de la élite social de la ciudad. Las cremaciones se realizaban en el exterior, y los restos eran depositados en estas construcciones destinadas a los muertos.

La mina de Garro y el despoblado de Abaiz


Muy cerca de aquí encontramos unas minas de cobre a cielo abierto. Otro sendero, que también parte del camino que da acceso a Santa Criz nos llevará, a través de olivares, hasta el despoblado de Abaiz. Ambas ubicaciones pueden verse el mismo día junto con el yacimiento romano, pero para evitar un post demasiado largo incluyo ese enlace en este apartado:


Mina de Garro, explotación de cobre.

Iglesia de Santa Elena de Abaiz.

Cómo llegar



Más información


Comentarios

Entradas populares