Despoblados - Peña

Continuamos la serie Despoblados con uno de los más fotogénicos. Aislado en lo alto de la sierra, con la que comparte nombre, el despoblado de Peña se asienta sobre una curiosa formación geológica en una inclinación imposible.

Fotografía: Torre de vigilancia del castillo.

Abandonada durante la década de 1950, la localidad siempre ha formado parte de un señorío, hoy finca privada. Este hecho, junto con su situación geográfica, ha permitido que su conservación sea muy buena, evitando los habituales expolios y daños que prácticamente todos los despoblados sufren. Porque llegar a Peña no es sencillo. No se permite el paso de vehículos más allá de los autorizados, y el ascenso a pie, según la pista que tomemos, nos llevará más de una hora.

Bastión inexpugnable

Vista desde el acceso noroeste. Al aproximarnos divisamos la torre de vigilancia que abre este reportaje.

Todavía quedan restos del que fuera uno de los Castillos defensivos más inaccesibles del antiguo Reino de Navarra. Construido por Sancho Garcés III el Mayor, durante el siglo XI, separaba el mundo cristiano del dominio musulmán. Durante un tiempo aragonés, será en 1232 cuando Jaime I lo inscriba definitivamente en el reino, convirtiéndose en una posición de vigilancia en la frontera con el reino de Aragón. Finalmente Fernando el Católico ordenará su derrumbe, con el fin de afianzar su reciente conquista, quedando hoy visibles parte de la torre principal, dos torres secundarias y parte del muro que coronaba la ya de por si inexpugnable peña.

Peña se asienta sobre una curiosa formación geológica de arcillas y conglomerados, arrastrados desde los Pirineos durante el Eoceno.

Acceso noroeste. El despoblado se asienta en lo alto de la sierra y nos permite tener unas vistas excelentes del territorio.

Detalle de la torre secundaria y el muro exterior, sobre el cortado de la peña.

La iglesia de San Martín de Tours


San Martín de Tours desde el camino de acceso.

Como un elemento defensivo más, la iglesia del pueblo protege la entrada Este de la localidad como templo fortificado. El camino de acceso además de estar protegido por un alto muro, accede al interior a través de un portal con doble acceso y matacanes en el exterior.

Matacán - Voladizo en la fachada que permite disparar proyectiles con trayectoria vertical o arrojar otro tipo de proyectiles defensivos.

Vista desde el camino de acceso.

El acceso fortificado a través del portal.

Portal de acceso.

Portal de acceso desde el interior de la villa.

El despoblado

Peña siempre ha sido un señorío, que contaba con cartero, maestro, escuela y cuyos habitantes, dedicados en su mayoría a la agricultura y la ganadería, no eran propietarios de sus viviendas. Estas son humildes, y salvo una enclavada en el núcleo de la villa, el resto están lejos de ser los caserones familiares habituales en esta zona de Navarra. La mayoría presentan un estado avanzado de derrumbe.

Viviendas en avanzado estado de derrumbe.

Viviendas en ruinas.

Detalle del interior de una de las casas. Escalera de acceso al piso superior.

Núcleo del pueblo, dónde encontramos las construcciones mejor conservadas.

La inclinación de la plataforma, y el avanzado estado de derrumbe, nos dejan estampas tan fotogénicas como esta.

Vista general de la villa.

El 11 de noviembre

Alejado de la villa, en lo más alto de la sierra, se encuentra el cementerio, al que se accede a través de una senda que parte del camino principal. Aquí, además de estelas de gran belleza, encontramos la tumba de Donald Cecil Broadbent Walker (DCB Walker).
El 11 de noviembre de 1943 un avión inglés, en misión de reconocimiento e inteligencia, parte de Inglaterra con la misión de fotografiar objetivos militares en la Francia ocupada. Serán alcanzados por las baterías antiaéreas nazis y, pese a los daños sufridos, conseguirán pasar al otro lado de los Pirineos. El copiloto sobrevivirá, tras saltar en paracaídas. Sin embargo, el piloto se estrellará en la sierra de Peña el día del patrón de la localidad, San Martín de Tours.

La tumba de Donald Cecil Broadbent Walker, piloto de la RAF derribado durante la Segunda Guerra Mundial.

Su hermano lo visitará en 1951, y en 1968 recibirá también la visita de un teniente asignado a la embajada inglesa en Madrid. Todavía hoy se le rinde homenaje por parte de algunos clubes de montaña locales. 
Así mismo, hasta hace unos años (Desconozco si actualmente) los vecinos y descendientes de esta villa seguían celebrando en el despoblado la correspondiente misa en honor al santo patrón de la localidad, San Martín de Tours, cada 11 de Noviembre.

Estelas del cementerio. Una de ellas incrustada en el muro.

Estela en alto relieve.

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